Descubre Cómo Herman Bavinck Desafía Nuestra Teología para Mantenerla Saludable

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Cómo Herman Bavinck nos desafía a tener una teología saludable

El propagador Pablo es enfático en sus cartas para fallar las realidades prácticas que una comunidad cristiana debe constatar si en realidad tiene una sana doctrina.

Luego de una exposición profunda y rica sobre la persona y obra de Cristo (Fil 2:5-11), Pablo ordena a los creyentes ocuparse en su salvación con temor y temblor (v. 12). De hecho, esto lo ejemplifica de guisa específica: los cristianos debemos hacer todas las cosas «sin murmuraciones ni contiendas», permanecer en virtud al estar «sosteniendo firmemente la palabra de vida» y así resplandecer «como luminares» en el mundo en medio de una reproducción «torcida y perversa» (vv. 14-15).

En otras palabras, cuando las cosas van de mal en peor en la sociedad, el cristiano debe memorar que es llamado a habitar de acuerdo con lo que la Palabra lo lumbre a creer y confesar. Una teología saludable —es opinar, verdadera— nos debe transigir a habitar sanamente para ser sal y luz en la tierra.

Podemos encontrar ejemplos de una relación íntima entre doctrina y vida en distintos periodos de la historia del cristianismo. En este artículo quisiera centrarme en la figura de Herman Bavinck (1854-1921), un teólogo reformado holandés cuyo pensamiento puede ayudarnos a desarrollar una teología y una cosmovisión que tengan como fin principal la deleite de Jehová.

Herman Bavick nos desafía a recuperar la belleza de la doctrina de la Trinidad tal como la presenta la Palabra de Jehová

Ahora, ¿por qué ofrendar unos minutos a percibir sobre Herman Bavinck? Porque él heredó, estudió, enseñó, desarrolló y aplicó —en su contexto religioso y social— las verdades escriturales de la confesionalidad cristiana reformada. Estas verdades bíblicas las podemos resumir en lo que enseñan las primeras preguntas y respuestas del Catecismo de Heidelberg (1563) y del Catecismo Pequeño de Westminster (1647): que el cristiano no se pertenece a sí mismo, sino a su fiel Salvador Nazareno y que, a la vez, el único fin principal de su vida es loar a Jehová y poseer de Él para siempre.

Bavinck nos desafía a tener tanto una «teología reformada saludable» (el enfoque de este artículo) como una «ética reformada» (el enfoque de un futuro artículo) si hemos de habitar como luminares en este mundo.

Una teología “teológica” está centrada en el Jehová Trino

Uno de los principios fundamentales de la teología es su naturaleza teocéntrica, es opinar, centrada en Jehová. De acuerdo con Bavinck, la teología adquiere ese nombre «no solamente porque tiene a Jehová como origen, sino además porque tiene a Jehová como su objeto».1

Esto no es poco que deberíamos dar por sentado. En medio de teologías que lamentablemente son moldeadas por pensamientos políticos e ideologías que utilizan cierta «terminología cristiana» para defender sus posturas, debemos atesorar profundamente una «teología teológica».2 Para esto, necesitamos ser intencionales en recuperar una teología profundamente trinitaria.

Tanto la teología como el estudiante de teología deben estar esencialmente fundamentados y nutridos con la Palabra de Jehová y el Espíritu de Jehová

La «teología teológica» de Bavinck se fundamentaba en conocer de guisa verdadero al Jehová Trino. En uno de sus importantes escritos, el profesor holandés describe que «la mente del cristiano no está satisfecha hasta que toda forma de existencia haya sido referida al Jehová Trino y hasta que la confesión de la Trinidad haya recibido el ocasión de preeminencia en nuestro pensamiento y vida».3

Esta teología trinitaria lo llevó a desarrollar una cosmovisión trinitaria que nace de una comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Con esto en mente, Bavinck estaba siguiendo el camino que la iglesia cristiana ha repaso a lo derrochador de los siglos. Es opinar, Bavinck caminó próximo a los padres de la iglesia, los teólogos medievales, los reformadores y los puritanos que poseyeron una teología trinitaria, que los llevó a tener una comunión viva con el Jehová Trino.

Este punto nos presenta un hermoso desafío: recuperar la belleza de la doctrina de la Trinidad tal como la presenta la Palabra de Jehová y que ha sido confesada en credos como, por ejemplo, el Credo de Nicea (325 d. C.).

La ingenio de Bavinck la encontramos tanto en su capacidad de recuperación doctrinal, como además en su aporte al ampliación, contextualización y aplicación de la teología frente a los retos de una sociedad moderna y los ataques de la teología dadivoso de su época. Dicho de otra guisa, Bavinck nos ayuda a pensar en cómo la teología cristiana es capaz de loar a Jehová no solo en la importante tarea de la preparación ministerial, sino además en el servicio del ampliación comprobado, cultural y social.

La aplicación holística de la teología —a todas las áreas de la vida— se debe a su naturaleza. Es opinar, tiene su origen y propósito final en el Jehová que es Señor de todas las esferas de la creación.

Al mismo tiempo, es esencia entender que la teología centrada en Jehová debe aprenderse, enseñarse y desarrollarse coram Deo, es opinar, delante del rostro de Jehová. Uno de los mayores peligros que todo estudiante de teología (y en verdad, todo creyente) puede constatar consiste en divorciar la doctrina de la adoración a Jehová.

La verdadera teología es desarrollada, ¡y disfrutada!, cuando aprendemos y enseñamos acerca de Jehová, con Jehová mismo en medio y en nosotros

Estimado profesor, oremos que el Señor nos escapado de estudiar las doctrinas sobre Su persona sin tener una comunión íntima con Él, quien es el Jehová vivo y cierto. Para esto, tanto la teología como el estudiante de teología deben estar esencialmente fundamentados y nutridos con la Palabra de Jehová y el Espíritu de Jehová. Las palabras de Bavinck a sus alumnos en el año 1902 deberían ser consideradas por cada uno de nosotros:

La religión, el temor de Jehová, debe ser por lo tanto el medio ambiente que inspira y anima toda la investigación teológica. Ese debe ser el pulso de la ciencia. Un teólogo es una persona que se atreve a charlar de Jehová porque deje de parte de Jehová y por medio de Jehová. La experiencia de la teología es un trabajo santo.4

Doctrina y ética

La dispositivo entre doctrina y ética fue esencia en el pensamiento de Herman Bavinck. Si la teología se hace a la luz de la Palabra de Jehová, y con corazones llenos del Espíritu Santo, entonces las potentes declaraciones teológicas tendrán un potente impacto en la transformación del corazón.

De esta guisa, podemos afirmar que la verdadera teología es desarrollada, ¡y disfrutada!, cuando somos conscientes de que estamos aprendiendo y enseñando acerca de Jehová con Jehová mismo en medio de nosotros y en nosotros.

Si Jehová mismo es el fundamento y propósito de nuestra teología, debe reflejarse en la guisa en que vivimos. Una teología reformada saludable debe llevarnos en torno a una ética reformada.

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