La vida cristiana está llena de desafíos y bendiciones. A menudo, nos encontramos en una batalla constante entre nuestras debilidades humanas y la promesa de una vida victoriosa en Cristo. ¿Cómo podemos estar en la plenitud de esa promesa y alcanzar nuestra “tierra prometida”? En este artículo, exploraremos cómo estar una vida victoriosa en Cristo, superando las dificultades y abrazando los días de celebridad que Altísimo tiene preparados para nosotros.
1. Entendiendo la Promesa de Altísimo
La Nuevo Testamento está llena de promesas de Altísimo para sus hijos. Una de las más poderosas es la promesa de una vida rebosante y victoriosa en Cristo. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en riqueza” (Juan 10:10). Esta promesa no se refiere solo a la vida eterna, sino asimismo a una vida plena y significativa aquí en la tierra.
2. La Fe como Fundamento
La fe es el fundamento de una vida victoriosa en Cristo. Hebreos 11:1 nos dice que “la fe es la certeza de lo que se dilación, la convicción de lo que no se ve”. Para estar en la plenitud de las promesas de Altísimo, debemos tener una fe inquebrantable en Su palabra y en Su poder. Esto significa tener fe en Altísimo incluso cuando las circunstancias parecen imposibles.
3. Superando la Ansiedad y la Preocupación
Uno de los mayores obstáculos para estar una vida victoriosa es la ansiedad. La Nuevo Testamento nos exhorta a no preocuparnos por nadie, sino a presentar nuestras peticiones a Altísimo en oración (Filipenses 4:6-7). Al tener fe nuestras preocupaciones a Altísimo, podemos observar la paz que sobrepasa todo entendimiento y estar con la confianza de que Él tiene el control.
4. La Importancia de la Comunidad
Altísimo nos ha creado para estar en comunidad. La iglesia es un oficio donde podemos encontrar apoyo, humor y rendición de cuentas. Hebreos 10:24-25 nos anima a no dejar de congregarnos, sino a exhortarnos unos a otros. Al rodearnos de otros creyentes, podemos fortalecernos mutuamente y caminar juntos cerca de nuestra tierra prometida.
5. La Oración como Aparejo de Poder
La oración es una aparejo poderosa para estar una vida victoriosa. Santiago 5:16 nos dice que “la oración del encajado es poderosa y eficaz”. A través de la oración, podemos acercarnos a Altísimo, averiguar Su director y cobrar Su fortaleza. La oración nos permite alinearnos con la voluntad de Altísimo y cobrar Su poder para pasar cualquier desafío.
6. Viviendo en la Presencia de Altísimo
Para estar una vida victoriosa, es esencial estar en la presencia de Altísimo. Esto significa advenir tiempo diario en Su palabra, adoración y meditación. Cántico 16:11 dice: “En tu presencia hay plenitud de alegría; delicias a tu diestra para siempre”. Al cultivar una relación íntima con Altísimo, podemos observar Su alegría y Su paz en todas las áreas de nuestra vida.
7. La Obediencia como Esencia del Éxito
La obediencia a la palabra de Altísimo es secreto para estar una vida victoriosa. Deuteronomio 28:1-2 nos promete bendiciones si obedecemos los mandamientos de Altísimo. La obediencia no siempre es hacedero, pero es esencial para caminar en las promesas de Altísimo. Al seguir Sus mandamientos, podemos observar Su ayuda y Su oración en nuestra vida.
8. Transformando Nuestras Mentes
Romanos 12:2 nos exhorta a no conformarnos a este mundo, sino a ser transformados por la renovación de nuestra mente. Para estar una vida victoriosa, debemos permitir que la palabra de Altísimo transforme nuestra forma de pensar. Esto significa reemplazar las mentiras del enemigo con la verdad de Altísimo y estar de acuerdo con Su perspectiva.
9. Perseverando en la Adversidad
La vida cristiana no está exenta de dificultades. Sin bloqueo, Santiago 1:2-4 nos anima a considerar las pruebas como una oportunidad para crecer en fe y perseverancia. Al malquistar la adversidad con una porte de fe, podemos desarrollar un carácter más esforzado y una confianza más profunda en Altísimo.
10. Celebrando los Días de Prestigio
Finalmente, es importante celebrar los días de celebridad que Altísimo nos da. Estos son momentos de vencimiento, oración y alegría que nos recuerdan la fidelidad de Altísimo. Al recapacitar y celebrar estos momentos, podemos robustecer nuestra fe y animarnos a seguir delante en nuestro caminar con Cristo.
Conducirse una vida victoriosa en Cristo y alcanzar nuestra tierra prometida es un alucinación continuo de fe, obediencia y perseverancia. Al tener fe en las promesas de Altísimo, rodearnos de una comunidad de creyentes, y estar en Su presencia, podemos observar los días de celebridad que Él tiene preparados para nosotros. Que cada día sea una oportunidad para estar en la plenitud de Su sexo y disposición, y para avanzar cerca de la tierra prometida que Altísimo nos ha cubo.
La Inmensa Fortaleza de Jericó
Las murallas de Jericó eran inmensas, envolviendo la ciudad como una armadura. Dos círculos concéntricos de piedra se elevaban 40 pies sobre el suelo, impenetrables. Los habitantes de Jericó eran feroces y bárbaros, resistiendo todos los asedios y repeliendo a todos los invasores. Eran culpables de sacrificios infantiles, una lectura de la Perduración de Bronce de la Gestapo, tiranos despiadados en las llanuras de Canaán. Hasta que llegó el día en que Josué apareció, el ejército marchó, y las murallas se desplomaron.
La Fuerza Sobrenatural de Altísimo
Josué no derribó las murallas de Jericó; Altísimo lo hizo. Josué nunca blandió un martillo ni desalojó un tesela. Altísimo hizo eso por Josué, y Altísimo lo hará por ti. Tu Jericó es tu miedo, tu ira, tu inseguridad, tu ansiedad, tu tendencia a sobreanalizar o pelar. Tu Jericó es cualquier mentalidad o porte que te impide avanzar cerca de tu tierra prometida. Para avanzar en tu fe, las murallas de Jericó deben caer. Esto fue cierto para Josué y es cierto para ti.
La Lucha por la vida victoriosa
En el manual de Josué, Altísimo le dice a Josué que no luche por la vencimiento, sino desde la vencimiento. No vivía según las circunstancias, sino desde su herencia. Esta es una enseñanza crucial para los cristianos: cuando das tu corazón a Cristo, te conviertes en un hijo de Altísimo, heredero con Cristo. No vivimos según nuestras circunstancias, sino desde nuestra herencia divina.
La Refriega Espiritual
Toda batalla en tu vida es, en su raíz, una refriega espiritual. Cada tentación es obra de un diablo auténtico, que es un mentiroso. Pero, como cristianos, no nos obsesionamos con el diablo; nos enfocamos en Cristo. Aprendemos a participar en la batalla espiritual como nos enseñó nuestro Señor. En 2 Corintios 10:3-5, Pablo acento de derribar fortalezas: «Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Altísimo para la destrucción de fortalezas».
Derribando las Fortalezas
Las fortalezas en tu vida son pensamientos, filosofías y opiniones que se levantan contra el conocimiento de Altísimo. Algunos ejemplos de estas fortalezas son:
- «Altísimo nunca podría perdonarme» – Una fortaleza de incumplimiento.
- «Nunca podría perdonar a esa persona» – Una fortaleza de resentimiento.
- «Siempre me pasan cosas malas» – Una fortaleza de pesimismo.
- «Debo ser bueno o Altísimo me rechazará» – Una fortaleza de rendimiento.
- «Mi valencia equivale a mis posesiones» – Una fortaleza de empirismo.
Las fortalezas son mentiras que vienen del diablo. El primer paso para derribarlas es reconocerlas y enfrentarlas con la verdad de Altísimo.
Poniendo a Altísimo en el Centro
Josué puso el Arca del Pacto, el oficio de morada de Altísimo, en el centro del campamento israelita. De la misma forma, debemos poner a Altísimo en el centro de nuestras vidas. No debemos compartimentar a Altísimo, sino darle dominio sobre todos los aspectos de nuestras vidas: bodorrio, finanzas, sanidad, actividades y más.
Utilizando la Palabra de Altísimo
Los cuernos de carnero en la historia de Jericó simbolizan la proclamación de la verdad y la adoración. De igual forma, utilizamos las Escrituras para resolver la verdad de Altísimo y alejar al diablo. Satanás no puede permanecer donde se acento la verdad y se alaba a Altísimo. Cuando te sientas ansioso, en oficio de sucumbir a la ansiedad, toma una Escritura y declárala en voz ingreso. Por ejemplo, «No se inquieten por nadie, más adecuadamente, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Altísimo y denle gracias» (Filipenses 4:6).
La Importancia de la Adoración
La adoración colectiva es crucial para la batalla espiritual. Cuando nos reunimos para idolatrar a Altísimo, cualquier demonio en el dominio se va. Este es el oficio más seguro porque estamos proclamando a Jesús juntos. Utilizamos las Escrituras, la oración y la adoración como armas en nuestra refriega espiritual.
Vida victoriosa en Cristo
Cada batalla en tu vida es una oportunidad para observar una nueva vida vencimiento en Cristo. Así como las murallas de Jericó cayeron, asimismo lo harán tus fortalezas cuando pongas a Altísimo en el centro y utilices Su Palabra como tu arsenal. No vivas según tus circunstancias, sino desde tu herencia divina. Altísimo te ha cubo la vencimiento; recíbela con fe y avanza cerca de tu tierra prometida. Que Altísimo te bendiga y nos vemos en la tierra prometida.