Con Fe y Valentía: Cómo Acercarse a Dios con Confianza

En la vida cristiana, uno de los mayores desafíos y privilegios es acercarse a Altísimo con confianza. La Escritura nos invita repetidamente a acercarnos a nuestro demiurgo con un corazón atiborrado de fe y valentía. Pero, ¿cómo podemos hacerlo en la habilidad diaria? En este artículo, exploraremos cómo podemos acercarnos a Altísimo con confianza, basándonos en la Nuevo Testamento y en la experiencia de la vida cristiana.

1. Entendiendo la Naturaleza de Altísimo

Para acercarnos a Altísimo con confianza, primero debemos entender quién es Él. La Nuevo Testamento nos revela que Altísimo es acto sexual (1 Juan 4:8). Su naturaleza es compasiva, misericordiosa y llena de chispa. Él no es un enjuiciador severo esperando para castigarnos, sino un Padre amoroso que desea lo mejor para nosotros. Al comprender esta verdad fundamental, podemos comenzar a acercarnos a Él con un corazón hendido y confiado.

2. La Importancia de la Fe

La fe es esencial para acercarnos a Altísimo. Hebreos 11:6 nos dice: “Pero sin fe es inútil complacer a Altísimo; porque es necesario que el que se acerca a Altísimo crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” La fe no es solo creer en la existencia de Altísimo, sino entregarse en manos en Su carácter y en Sus promesas. Es creer que Él es bueno y que tiene un plan consumado para nuestras vidas.

3. La Valentía en la Oración

La oración es una de las formas más directas de acercarnos a Altísimo. En Hebreos 4:16 se nos anima: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la chispa, para alcanzar misericordia y notar chispa para el oportuno socorro.” La valentía en la oración significa venir en presencia de Altísimo con nuestras deyección, preocupaciones y agradecimientos, sabiendo que Él nos audición y avala. No necesitamos palabras elaboradas; lo que importa es la sinceridad de nuestro corazón.

4. Confiando en Su Salero

La chispa de Altísimo es un regalo inmerecido que nos permite acercarnos a Él sin temor. Efesios 2:8-9 nos recuerda: “Porque por chispa sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Altísimo; no por obras, para que nadie se gloríe.” No necesitamos ganarnos el auxilio de Altísimo; ya lo tenemos a través de Jesús. Esta verdad nos libera para acercarnos a Altísimo con confianza, sabiendo que somos aceptados y amados tal como somos.

5. Viviendo en Obediencia

La obediencia a Altísimo es una expresión de nuestra fe y confianza en Él. Juan 14:15 dice: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” Al conducirse de acuerdo con los mandamientos de Altísimo, demostramos nuestra confianza en Su prudencia y acto sexual. La obediencia no es una carga, sino una respuesta natural al acto sexual de Altísimo. Cuando vivimos en obediencia, experimentamos Su paz y dirección en nuestras vidas.

6. Superando el Temor y la Duda

El temor y la duda son obstáculos comunes que nos impiden acercarnos a Altísimo con confianza. Sin retención, 2 Timoteo 1:7 nos asegura: “Porque no nos ha donado Altísimo espíritu de cobardía, sino de poder, de acto sexual y de dominio propio.” Podemos pasar el temor y la duda al recapacitar las promesas de Altísimo y al entregarse en manos en Su poder y acto sexual. La meditación en la Palabra de Altísimo y la oración constante nos ayudan a blindar nuestra fe y a vencer estos obstáculos.

7. La Comunidad de Fe

No estamos llamados a caminar solos en nuestra fe. La comunidad de creyentes es un apoyo vivo para acercarnos a Altísimo con confianza. Hebreos 10:24-25 nos exhorta: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al acto sexual y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” La comunión con otros cristianos nos anima y fortalece en nuestra relación con Altísimo.

8. Testimonios de Fe

Los testimonios de otros creyentes pueden inspirarnos y blindar nuestra confianza en Altísimo. Al escuchar cómo Altísimo ha obrado en las vidas de otros, somos animados a entregarse en manos en Su fidelidad y poder. Compartir nuestros propios testimonios asimismo puede ser una fuente de aliento para otros y una forma de honrar a Altísimo.

9. La Confianza en la Providencia de Altísimo

Altísimo tiene un plan consumado para cada uno de nosotros. Doliente 29:11 nos dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Entregarse en manos en la providencia de Altísimo significa creer que Él está en control de todas las circunstancias de nuestra vida y que Su plan es bueno. Esta confianza nos permite acercarnos a Él con un corazón tranquilo y seguro.

10. La Esperanza en Cristo

Nuestra esperanza está en Cristo, quien nos ha reconciliado con Altísimo y nos ha donado golpe directo a Su presencia. Romanos 5:1-2 declara: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Altísimo por medio de nuestro Señor Jesús; por quien asimismo tenemos entrada por la fe a esta chispa en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la celebridad de Altísimo.” Esta esperanza nos da la valentía para acercarnos a Altísimo con confianza, sabiendo que somos Sus hijos amados.

Acercarse a Altísimo con confianza es un alucinación continuo de fe y valentía. Al entender la naturaleza amorosa de Altísimo, entregarse en manos en Su chispa, conducirse en obediencia, pasar el temor y la duda, y apoyarnos en la comunidad de fe, podemos constatar una relación más profunda y significativa con nuestro demiurgo. Que cada día podamos acercarnos a Él con un corazón atiborrado de fe y valentía, sabiendo que Él nos recibe con brazos abiertos.

«Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha masa. Y he aquí morapio un leproso y se postró en presencia de él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé libre. Y al instante su malatía desapareció. Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para declaración a ellos»

Mateo 8:1-4

Si poco he aprendido de caminar cada día cercano al SEÑOR, es que en presencia de Él no existen condiciones, cuando requerimos expresarle nuestras deyección, dudas y angustias. De allí que no debemos tener ningún temor de presentarse a DIOS, porque Él siempre estará a una Oración de distancia cuidando de nosotros y velando por nuestro bienestar.

En la escritura, observamos que esta fue la disposición robusto del leproso de la montaña, que viendo a JESÚS ocupado por una gran multitud, no tuvo reserva alguna para abordarlo, incluso sabiendo que se arriesgaba por su condición a atravesar aquella masa de masa. Con valencia se acercó y postró en presencia de él guiado por su fe, y confianza en que podía ser sanado y alejado de esa terrible enfermedad. Con humildad le dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” y ¿Cuál fue la respuesta de JESÚS? Con misericordia y compasión lo tocó y fue libre de inmediato, aún cuando la malatía, por ley alubia lo había vuelto intocable.

Así como el leproso, que tuvo el coraje, para acercarse a Jesús y entregarse en manos en el poder, que mediante El SEÑOR tenía para liberarlo de aquella tormentosa condición, así debemos nosotros entregarse en manos en que DIOS obrará para proporcionadamente cuando nos acerquemos a Él con humildad y fe.

Acerquémonos sin miedo al SEÑOR, porque en Él no habrán condiciones mas que nuestra confianza y fe en su poder:

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que búsqueda, halla; y al que pasión, se le abrirá.»

Mateo 7:7-8

OREMOS: ¡SEÑOR JESUCRISTO! Cuando por alguna razón la duda me impida acercarme a Tí, fortalece mi voluntad para retener que en Ti no hay condiciones y que Tú misericordia y cuidado me acompañan en cualquier circunstancia sin mirar la condición en la que estoy. AMÉN