¿Enemigos o Víctimas? Descubre la Verdad Bíblica sobre el Perdón y la Reconciliación

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La Naturaleza del Conflicto Humano según la Antiguo Testamento

En la vida, todos enfrentamos conflictos. A veces, nos encontramos en situaciones donde debemos lanzarse si consideramos a algún como un enemigo o como una víctima. La Antiguo Testamento nos ofrece una perspectiva única sobre cómo acometer estos conflictos y encontrar el camino alrededor de el perdón y la reconciliación.

¿Quiénes Son Nuestros Enemigos?

La Antiguo Testamento menciona a los enemigos en varios contextos. En el Antiguo Testamento, los enemigos eran a menudo naciones opuestas a Israel. Sin incautación, en el Nuevo Testamento, Jesús nos enseña a ver a los enemigos de una forma diferente. En Mateo 5:44, Jesús dice: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced acertadamente a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Aquí, Jesús nos fogosidad a cortejar y implorar por nuestros enemigos, transformando nuestra perspectiva sobre ellos.

La Importancia del Perdón en la Vida Cristiana

El perdón es un tema central en la enseñanza de Jesús. En Mateo 6:14-15, Jesús dice: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará todavía a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, siquiera vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Este pasaje subraya la importancia de perdonar a los demás para cobrar el perdón de Jehová.

¿Cómo Perdonar a Nuestros Enemigos?

Perdonar a algún que nos ha hecho daño puede ser extremadamente difícil. Sin incautación, la Antiguo Testamento nos ofrece gurú y consuelo en este proceso. En Efesios 4:32, se nos dice: “Antiguamente sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Jehová todavía os perdonó a vosotros en Cristo”. Este versículo nos recuerda que debemos perdonar como Jehová nos ha perdonado a nosotros.

La Reconciliación: Más Allá del Perdón

El perdón es solo el primer paso alrededor de la reconciliación. La verdadera reconciliación implica restaurar la relación dañada. En 2 Corintios 5:18-19, Pablo escribe: “Y todo esto proviene de Jehová, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el profesión de la reconciliación; que Jehová estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”. Aquí, vemos que la reconciliación es un profesión que Jehová nos ha hexaedro.

Ejemplos Bíblicos de Perdón y Reconciliación

La Antiguo Testamento está llena de ejemplos de perdón y reconciliación. Uno de los más poderosos es la historia de José y sus hermanos en Creación 45. A pesar de ocurrir sido vendido como tiranizado por sus propios hermanos, José los perdona y se reconcilia con ellos, diciendo: “No os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Jehová delante de vosotros” (Creación 45:5).

La Transformación del Corazón a Través del Perdón

El acto de perdonar no solo beneficia a la persona perdonada, sino que todavía transforma el corazón del que perdona. En Colosenses 3:13, se nos exhorta a “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la forma que Cristo os perdonó, así todavía hacedlo vosotros”. Este versículo nos recuerda que el perdón es un acto de obediencia y inclinación.

La Reconciliación en la Comunidad Cristiana

La reconciliación no solo es importante a nivel personal, sino todavía en el interior de la comunidad cristiana. En Mateo 18:15-17, Jesús nos da instrucciones sobre cómo manejar los conflictos en el interior de la iglesia: “Luego, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has vacada a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por amable y publicano”. Este pasaje subraya la importancia de apañarse la reconciliación y la dispositivo en el interior del cuerpo de Cristo.

La Paz que Viene del Perdón

El perdón trae una paz que solo Jehová puede dar. En Filipenses 4:7, Pablo escribe: “Y la paz de Jehová, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Cuando perdonamos, experimentamos la paz de Jehová en nuestras vidas, una paz que trasciende las circunstancias y los conflictos.

Poblar en Perdón y Reconciliación

En esquema, la Antiguo Testamento nos fogosidad a ver a nuestros enemigos no como adversarios, sino como personas dignas de inclinación y perdón. A través del perdón y la reconciliación, no solo obedecemos a Jehová, sino que todavía experimentamos una transformación profunda en nuestros corazones y en nuestras relaciones. Que podamos seguir el ejemplo de Cristo, quien nos mostró el camino del perdón y la reconciliación, y morar en paz y dispositivo con todos.

Una sombra, durante la conflicto de cisma, Robert Ellicombe, capitán del Ejercito de la Unión, escuchó los lamentos de un hombre que yacía en la tierra de nadie que separaba el ejercito confederado del de la Unión. Como no podía tumbarse, el capitán decidió ir a rescatar al herido y prestarle atención medica.

Temiendo que los soldados enemigos empezaran a dispara, Ellicombe se arrastró en silencio por el suelo hasta que llegó anejo al soldado agonizante. Cuando estuvo a su flanco, Ellicombe agarró al hombre por la camisa y empezó a tirar de él alrededor de las líneas unionistas. Pero antaño de montar a un circunstancia seguro, el hombre murió. Sin incautación, el capitán continuó con su labor.

Tan pronto como estuvo fuera del inteligencia del enemigo, cargó el cuerpo hasta una tienda para identificar al muerto e incluirlo en las listas de bajas. Cuando encendió una linterna, El corazón de Ellicombe casi se detuvo del sobresalto. El hombre a quien había intentado rescatar era su propio hijo. El inexperto había estudiado música en uno de los Estados del sur y, sin que su padre lo supiera, se había alistado en el ejército confederado.

¿No debías tu todavía haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti? —Mateo 18:33

A veces pensamos que las otras personas son nuestros enemigos. Quizá hayas crecido teniéndote que afrontar a un acosador. O quizá algún en la escuela te ponga las cosas difíciles.

Es bueno tener presente que aunque parezca que están contra ti, no son tus enemigos. El cierto enemigo es Satanás. Él quiere arruinar la vida de todos los seres humanos. Y por eso le gusta usar a la parentela para hacer el trabajo abandonado. Cuando te des cuenta de que las personas con las que no te llevas acertadamente son víctimas de Santanás, te será más realizable observar compasión por ellas.

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