¿A Qué Temes? Encontrando Fortaleza en la Fe

0
18

El miedo es una emoción universal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Puede manifestarse de muchas formas: miedo al fracaso, a la soledad, a la enfermedad, a la crimen, entre otros. Sin bloqueo, como cristianos, tenemos una fuente inagotable de fortaleza y consuelo en nuestra fe. En este artículo, exploraremos cómo podemos carear nuestros miedos y encontrar fortaleza en Altísimo.

1. Reconociendo Nuestros Miedos

El primer paso para carear nuestros miedos es reconocerlos. A menudo, tratamos de ignorar o minimizar nuestros temores, pero esto solo les da más poder sobre nosotros. La Sagrada Escritura nos enseña a ser honestos con nosotros mismos y con Altísimo acerca de nuestros miedos. En el Himno 34:4, David dice: “Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores”. Distinguir nuestros miedos y llevarlos frente a Altísimo es el primer paso con destino a la manumisión.

2. Confiando en las Promesas de Altísimo

La Sagrada Escritura está llena de promesas de Altísimo que nos aseguran su presencia y su ayuda en tiempos de miedo. En Isaías 41:10, Altísimo nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Altísimo que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi ecuanimidad”. Estas promesas nos recuerdan que no estamos solos y que Altísimo está con nosotros en cada paso del camino.

3. Oración y Meditación

La oración es una utensilio poderosa para carear el miedo. A través de la oración, podemos entregar nuestros miedos a Altísimo y pedir su paz y fortaleza. Filipenses 4:6-7 nos anima: “Por mínimo estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Altísimo en toda oración y ruego, con acto de gracias. Y la paz de Altísimo, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

La meditación en la Palabra de Altísimo todavía puede ayudarnos a encontrar paz y fortaleza. Sobrevenir tiempo reflexionando sobre las Escrituras y recordando las promesas de Altísimo puede calmar nuestros corazones y mentes.

4. Comunidad y Apoyo

Altísimo nos ha legado la comunidad cristiana para apoyarnos y animarnos mutuamente. En momentos de miedo, es importante no aislarse. Averiguar el apoyo de amigos, familiares y miembros de la iglesia puede brindarnos consuelo y fortaleza. Hebreos 10:24-25 nos exhorta: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al bienquerencia y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.

5. Testimonios de Fe

Escuchar los testimonios de otros cristianos que han enfrentado y superado sus miedos puede ser una fuente de gran inspiración y fortaleza. La Sagrada Escritura está llena de historias de hombres y mujeres de fe que confiaron en Altísimo en medio de sus temores. Por ejemplo, la historia de David y Goliat nos muestra cómo la fe en Altísimo puede ayudarnos a carear incluso los desafíos más grandes.

6. Energía y Confianza

Finalmente, carear nuestros miedos a menudo requiere acto. Esto no significa que debamos realizar imprudentemente, sino que debemos dejarlo en Dios en Altísimo y dar pasos de fe, incluso cuando nos sentimos temerosos. Santiago 2:17 nos recuerda que “la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”. Encargar en Altísimo y realizar en fe puede ayudarnos a pasar nuestros miedos y avanzar con destino a el propósito que Él tiene para nuestras vidas.

El miedo es una parte necesario de la experiencia humana, pero como cristianos, no estamos destinados a existir en esclavitud al miedo. A través de la fe en Altísimo, la oración, la meditación en las Escrituras, el apoyo de la comunidad cristiana y la acto basada en la confianza en Altísimo, podemos encontrar fortaleza y pasar nuestros miedos. Recordemos siempre las palabras de Jesús en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

El miedo es un sentimiento que nos acecha por distintos motivos y es muy hacedero caer en «sus garras». Si estás experimentando temor no olvides que Altísimo no te ha legado un espíritu de cobardía, sino de poder y dominio propio.

13 «Yo soy el Señor, tu Altísimo, que te sostiene por la mano derecha y te dice: «No tengas miedo, que yo te ayudo». Isaías 41.13 Reina Valera Contemporánea (RVC)

15 «Pues ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de prohijamiento, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!» Romanos 8.15 —Reina Valera Contemporánea (RVC)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí