En la Tormenta: ¿Podemos Confiar en que Todo Obra para Bien?

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La vida está llena de desafíos y momentos difíciles que pueden parecer abrumadores. En medio de estas tormentas, es natural preguntarse si en realidad podemos echarse en brazos en que todo obra para proporcionadamente. La Sagrada Escritura nos ofrece una promesa poderosa en Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Altísimo, todas las cosas les ayudan a proporcionadamente, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Pero, ¿cómo podemos aplicar esta promesa a nuestras vidas cuando enfrentamos pruebas y tribulaciones?

Entendiendo la Promesa de Romanos 8:28

Para comprender plenamente esta promesa, es importante analizar el contexto en el que fue escrita. El evangelista Pablo escribió la carta a los Romanos en un tiempo de persecución y dificultades para los primeros cristianos. A pesar de las adversidades, Pablo les recordó que Altísimo tiene un propósito veterano y que todas las cosas, tanto buenas como malas, obran para proporcionadamente para aquellos que aman a Altísimo.

El término “todas las cosas” incluye tanto las bendiciones como las pruebas. Esto significa que incluso las situaciones más difíciles pueden ser utilizadas por Altísimo para nuestro proporcionadamente. Aunque no siempre entendamos cómo o por qué, podemos echarse en brazos en que Altísimo está obrando en nuestras vidas de maneras que quizás no podamos ver en el momento.

Ejemplos Bíblicos de Fe en la Tormenta

La Sagrada Escritura está llena de historias de personas que enfrentaron grandes tormentas en sus vidas, pero que confiaron en Altísimo y vieron cómo Él obró para proporcionadamente.

José en Egipto: La historia de José es un ejemplo poderoso de cómo Altísimo puede usar las dificultades para un propósito veterano. Vendido como encadenado por sus propios hermanos y encarcelado injustamente, José podría ocurrir perdido la esperanza. Sin secuestro, mantuvo su fe en Altísimo y, al final, fue elevado a una posición de poder en Egipto, donde pudo liberar a muchas vidas durante una gran hambruna (Principio 50:20).

Job: Job es otro ejemplo de fe inquebrantable en medio de la tormenta. A pesar de perder todo lo que tenía, incluyendo su vigor, sus hijos y sus posesiones, Job nunca dejó de echarse en brazos en Altísimo. Al final, Altísimo restauró todo lo que Job había perdido y más, demostrando que su fe no fue en vano.

Jesús en la cruz: El veterano ejemplo de cómo Altísimo puede actuar el proporcionadamente a través del sufrimiento es la crucifixión de Jesús. A través de su homicidio y resurrección, Jesús nos ofreció la salvación y la esperanza eterna. Aunque sus discípulos no entendieron en ese momento por qué tenía que sufrir, la resurrección reveló el propósito divino detrás de su sacrificio.

Testimonios Modernos

No solo en tiempos bíblicos, sino asimismo en la contemporaneidad, hay innumerables testimonios de personas que han gastado la mano de Altísimo en medio de sus crisis.

Historias de la vida positivo: Muchas personas han compartido cómo, a través de enfermedades, pérdidas y otras dificultades, han experimentado la presencia y el consuelo de Altísimo. Estos testimonios nos recuerdan que Altísimo sigue obrando en nuestras vidas hoy en día.

Lecciones aprendidas: Reflexionar sobre estos testimonios puede reforzar nuestra fe y darnos esperanza en nuestros propios momentos de dificultad. Nos muestran que, aunque no siempre entendamos el “por qué”, podemos echarse en brazos en el “quién” – Altísimo, quien es fiel y bueno.

Cómo Tener fe en Altísimo en Medio de la Tormenta

Tener fe en Altísimo en medio de la tormenta no siempre es manejable, pero hay varias prácticas que pueden ayudarnos a sostener nuestra fe.

Oración y meditación: Prolongar una vida de oración constante nos permite acercarnos a Altísimo y inquirir su monitor y consuelo. La meditación en las Escrituras asimismo puede proporcionarnos paz y fortaleza.

Repaso de la Sagrada Escritura: Las Escrituras están llenas de promesas y ejemplos de la fidelidad de Altísimo. Interpretar y meditar en la Sagrada Escritura puede darnos perspectiva y esperanza en tiempos difíciles.

Comunidad de fe: El apoyo de la iglesia y amigos cristianos es invaluable. Compartir nuestras cargas con otros creyentes y percibir su apoyo y oraciones puede ser una fuente de gran consuelo y fortaleza.

Superando la Duda y el Miedo

Es ordinario reparar miedo y duda en medio de la tormenta, pero no debemos quedarnos allí.

Reconociendo nuestras emociones: Es importante confesar y aceptar nuestras emociones, pero asimismo debemos llevarlas a Altísimo en oración.

Promesas de Altísimo: Recapacitar y empecinarse a las promesas de Altísimo puede ayudarnos a exceder la duda y el miedo. Versículos como Isaías 41:10 (“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Altísimo que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi ecuanimidad.”) pueden ser un gran consuelo.

Ejercicios prácticos: Actividades como escribir un diario de correspondencia, memorizar versículos bíblicos y participar en estudios bíblicos pueden reforzar nuestra fe y ayudarnos a mantenernos enfocados en Altísimo.

El Fruto de la Fe en la Tormenta

Las pruebas y tribulaciones pueden ser oportunidades para crecer espiritualmente y reforzar nuestra relación con Altísimo.

Crecimiento espiritual: Las tormentas de la vida pueden profundizar nuestra fe y enseñarnos a obedecer más de Altísimo. A través de las dificultades, podemos memorizar lecciones valiosas y crecer en nuestra relación con Él.

Evidencia para otros: Nuestra fe en tiempos difíciles puede ser un declaración poderoso para los demás. Al ver cómo confiamos en Altísimo en medio de la tormenta, otros pueden ser alentados y fortalecidos en su propia fe.

Esperanza y paz: La paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) viene de echarse en brazos en Altísimo. Incluso en medio de la tormenta, podemos sufrir una paz y esperanza que solo Él puede dar.

En la vida, todos enfrentamos tormentas y momentos de dificultad. Sin secuestro, la promesa de Romanos 8:28 nos asegura que, para aquellos que aman a Altísimo, todas las cosas obran para proporcionadamente. Aunque no siempre entendamos cómo o por qué, podemos echarse en brazos en que Altísimo tiene un propósito veterano y que Él está obrando en nuestras vidas de maneras que quizás no podamos ver en el momento.

Invito a cada leyente a reflexionar sobre sus propias tormentas y a inquirir la presencia y el consuelo de Altísimo en medio de ellas. Que podamos memorar siempre que, aunque las tormentas vengan, podemos echarse en brazos en que Altísimo está con nosotros y que Él obrará todo para proporcionadamente.

Oración final: Señor, te damos gracias porque sabemos que, en medio de nuestras tormentas, Tú estás con nosotros. Ayúdanos a echarse en brazos en tu promesa de que todas las cosas obran para proporcionadamente. Fortalece nuestra fe y danos la paz que solo Tú puedes dar. En el nombre de Jesús, a más.

Cuando enfrentamos crisis a muchos nos resulta difícil entender el versículo de Romanos 8.28 cuando el Catequista Pablo, un experimentado en quebrantos dijo:  “Y sabemos que a los que aman a Altísimo, todas las cosas les ayudan para proporcionadamente, esto es, a los que conforme a su propósito, son llamados. (Romanos 8: 28)

Cuando uno está consciente de que somos templo del Altísimo vivo. De que la «palabra viva» va creciendo por medio del Espíritu en nuestra mente, entonces se devela y se van aclarando muchas cosas que antiguamente no entendíamos.

En medio de la crisis, ¿podemos opinar que «todo obra para proporcionadamente»?

En una civilización hambrienta por la comodidad. El deseo de evitar el dolor y solo desear el éxito, el tiempo suelto, pasatiempo que produzca deleite y que todo le caiga de sombrilla,  nos hace vulnerables de morar en medio de la dificultad. Un resbalón en el hielo, conflictos en el hogar, un dirigente problemático, un techo goteando, problemas financieros y lo peor aún; el covid 19 que ha generado esta terrible pandemia que parece no tener fin y que hace que prevalezca una disposición de coraje sorpresivo y resentimientos a requiebro de piel. He aquí que surge la expresión: «La vida es injusta y hasta cruel», y el resentimiento resalta a requiebro de piel.

El Catequista, un sobreviviente de toda calamidad reta a este tipo de mentalidad, cuando es capaz de opinar: «Todas las cosas obran para proporcionadamente».

Es como decirnos que en medio de la enfermedad emerge la restauración. En la pobreza se descubre la riqueza y por medio de la pasión alcanzamos la fortaleza.

Esto es un verbo dispar. Cristo me restaura por medio de la enfermedad. En la pobreza Cristo me enriquece y en la pasión Cristo, me hace más válido. Yo no entiendo por qué suceden cosas malas, ni siquiera entiendo cómo Altísimo las usa con propósito. Solo sé que lo hace. Tener la ventana abierta de la fe, provoca en nosotros una nueva mentalidad.

El poeta dice: «Como barco de papel que tiene al capitán aferrado al timonel, navega por la vida con entusiasmo y optimismo el hombre aquel que en la esperanza alberga un nuevo porvenir».

Lo heroico de ser humano descansa en desavenir la brevedad de la viva y la fragilidad de su conducta infrahumana y dar el «brinco de la fe» sintiendo fibras de gloria y el llamado a la esperanza que lo ubica como hijo del Hacedor para ser auténtico. Esto se fogosidad capacidad para querer. Apreciar es la hecho que nos reconcilia con nuestro Hacedor y Padre nuestro por medio de Cristo.

El concepto cristiano de un Altísimo que se encarna para despertar conciencia a los humanos es milagroso. Un Altísimo que se hace similar al humano para hacerle ver su naturaleza animal deshumanizante capaz de matar la capacidad de realización (El Cristo que muere en la cruz). El espejo del hombre que ha perdido su esencia, su razón de ser y hacer. La obra dramática de  la resurrección, es más fascinante todavía  porque expresa la hecho del verbo inclinación como fuerza animoso para una nueva humanidad.

Una nueva humanidad que nos reconcilia con el Hacedor, cuyo nombre es Acto sexual y se hace hecho en su Hijo amoroso. Una nueva humanidad ha de surgir por la hecho del inclinación. Una nueva humanidad que ha conseguido una reconciliación consigo misma por medio del Cristo que se hace uno con la humanidad y con Altísimo.

En medio de la crisis, ¿podemos decir «todo obra para bien»?
(Photo by: Pixabay)

Hay un pasaje bíblico muy ilustrativo que nos presenta a Jesús dormido en la barca de sus amigos pescadores. El episodio toma fuerza cuando inesperadamente surge una tempestad. Los amigos discípulos se turbaron mientras Jesús dormía en un rincón del barco. “Jesús, despierta que perecemos”, dijeron los amigos, expresando fragilidad y pasión. El Perito reprendió los vientos y estos cesaron y se hizo bonanza. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe?…….. ¿Dónde está vuestra fe?….. ¿Dónde está tu fe?… La Fe es un don que en ti, en tu ser interior, deja que salga a requiebro de piel. La palabra viva de Altísimo la despierta en ti. No está en las profundidades de los océanos profundos, no está en los cielos infinitos, solo en tu interior.

“Despiértate tú que duermes y te alumbrará Cristo.”

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