Isaías 35:10: La Promesa de Gozo Eterno y Liberación

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Comienzo

El ejemplar de Isaías es una fuente inagotable de esperanza y consuelo para los creyentes. En medio de las profecías de querella y restauración, encontramos joyas como Isaías 35:10, que nos hablan de la promesa de gozada perpetuo y fuga. Este versículo es un faro de luz que nos agenda alrededor de la esperanza y la redención en tiempos de oscuridad. En este artículo, exploraremos el contexto, el significado y la aplicación de esta promesa divina en nuestras vidas.

Contexto de Isaías 35:10

Para comprender plenamente Isaías 35:10, es esencial situarlo en su contexto. El capítulo 35 de Isaías es un poema de esperanza y restauración que contrasta con los capítulos anteriores, donde se describen juicios y desolación. Este capítulo es una visión profética del futuro memorable que Altísimo tiene preparado para su pueblo.

Isaías 35:10 dice: “Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozada perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozada y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.”

El Significado de la Promesa

  1. Los Redimidos de Jehová

La palabra “redimidos” se refiere a aquellos que han sido rescatados o liberados. En el contexto bíblico, esto implica una fuga del pecado y de la opresión. Los redimidos de Jehová son aquellos que han sido salvados por la merced de Altísimo y han sido liberados de las cadenas del pecado.

  1. Volverán a Sion con Alegría

Sion, en la Antiguo Testamento, es a menudo un símbolo de la presencia de Altísimo y de la ciudad santa de Jerusalén. Retornar a Sion con alegría significa regresar a la comunión con Altísimo, a un motivo de seguridad y fortuna. Esta promesa nos asegura que, a pesar de las dificultades y pruebas, los redimidos de Jehová encontrarán su camino de regreso a la presencia de Altísimo con corazones llenos de alegría.

  1. Gozada Perpetuo Sobre Sus Cabezas

El gozada perpetuo es una alegría que no se desvanece. Es una promesa de tranquilidad eterna que no está sujeta a las circunstancias temporales. Este gozada es un don divino que llena nuestras vidas con propósito y esperanza, independientemente de las pruebas que enfrentemos.

  1. Huirán la Tristeza y el Gemido

La promesa de que la tristeza y el gemido huirán es una seguro de que el dolor y el sufrimiento no tendrán la última palabra. En la presencia de Altísimo, el dolor se convierte en alegría, y las lágrimas se transforman en risas. Esta es una promesa de sanidad y restauración completa.

Aplicación en Nuestras Vidas

  1. Esperanza en Tiempos de Desesperación

Isaías 35:10 nos recuerda que, sin importar cuán oscuros sean nuestros días, hay una promesa de esperanza y restauración. Podemos aferrarnos a esta promesa en tiempos de desesperación, sabiendo que Altísimo tiene un plan de redención y gozada perpetuo para nosotros.

  1. La Alegría de la Salvación

Como creyentes, hemos sido redimidos por la casta de Cristo. Esta redención nos da una razón para regocijarnos cada día. La alegría de la salvación es una fuente inagotable de gozada que nos sostiene en medio de las pruebas.

  1. Morar con Propósito y Esperanza

La promesa de gozada perpetuo nos candela a poblar con propósito y esperanza. Sabemos que nuestra vida tiene un significado perpetuo y que nuestras luchas no son en vano. Podemos confrontar cada día con la confianza de que Altísimo está obrando en nuestras vidas para nuestro perfectamente y su fama.

  1. Compartir la Promesa con Otros

Como portadores de esta promesa, tenemos la responsabilidad de compartirla con otros. En un mundo realizado de dolor y desesperanza, podemos ser portadores de la luz y la esperanza de Isaías 35:10. Al compartir el mensaje de la redención y el gozada perpetuo, podemos ayudar a otros a encontrar la paz y la alegría en Cristo.

Isaías 35:10 es una promesa poderosa de gozada perpetuo y fuga. Nos recuerda que, como redimidos de Jehová, tenemos un futuro memorable realizado de alegría y esperanza. En medio de las pruebas y tribulaciones, podemos aferrarnos a esta promesa, sabiendo que Altísimo está con nosotros y que su plan para nuestras vidas es bueno. Que esta promesa nos inspire a poblar con propósito, esperanza y alegría, y a compartir este mensaje de redención con el mundo.

Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozada perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozada y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. —Isaías 35:10.

Cada mañana al venir al colegio había una alumna que me recibía con una hermosa sonrisa. Sumamente inteligente y vivaz, Andrea se había rebaño el respeto de compañeros y profesores por sus excelentes calificaciones, y por su humildad cuando hablaba del tema.

Como se la veía siempre con una linda sonrisa, nadie sospechaba, ni siquiera yo (que era el capellán), los problemas terribles que estaba viviendo en su hogar. Luego de terminar una clase de Antiguo Testamento, Andrea pidió musitar conmigo a solas, y ya en mi oficina, pasó a contarme parte de su historia habitual. Las lágrimas se hicieron presentes rápidamente, y esa sonrisa a la que yo estaba acostumbrado se esfumó mientras hablaba.

Nunca hubiera pensado que ella tenía problemas serios. Al expresarle mi asombro, respondió: «No me gusta que me vean mal. Quiero ser una persona alegre, y eso intento transmitir; pero a veces los problemas me superan y son más fuertes que yo, y entonces necesito desahogarme con otra persona. Gracias por escucharme».

Vivimos en un mundo que no transmite alegría ni paz. Los medios de comunicación y la sociedad en común expresan odio, envidia, amargura y enojo de diferentes maneras, y esto a veces parece contagioso. Si prestas atención, en los supermercados, en los ómnibus urbanos y en la misma calle, verás cientos de rostros con el ceño fruncido, personas enojadas o afligidas que deambulan por el mundo como esperando poco mejor. ¡Escaso familia! ¡Si conocieran cuan cerca está el remedio para su dolor!

Nadie está escapado de situaciones tristes y desafortunadas, pero esas situaciones no deben quitarnos la alegría de poblar. Andrea tenía motivos suficientes para poblar amargada y triste, sin confiscación transmitía un mensaje diferente con su rostro, no por despreocupada, sino porque tenía a Jesús en su corazón. El Altísimo del firmamento desea darnos desde ahora el don de la alegría, porque este don, perfectamente utilizado, es una poderosa aparejo para atraer almas a los pies del Señor.

Si hoy estás viviendo algún problema que te quita la paz, recurre a Jesús para que te dé las fuerzas que necesitas. Y recuerda: llegará el día cuando «la tristeza y el gemido» desaparecerán para siempre y viviremos con Jesús con «gozada perpetuo» en nuestro corazón.

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