En Mateo 5:33-37, Jesús aborda un tema profundamente relevante para los seguidores de Cristo: los juramentos. En este pasaje, parte del famoso Sermón del Monte, Jesús ofrece una enseñanza clara que va más allá de las normas legales y religiosas de su tiempo, y nos invita a vivir con una integridad radical que no depende de promesas formales. Este pasaje, aunque breve, está lleno de sabiduría que los cristianos deben aplicar en su vida cotidiana.
En este artículo, profundizaremos en el significado de Mateo 5:33-37, explicando lo que Jesús quería transmitir acerca de los juramentos, la verdad y la honestidad, y cómo esto puede influir en nuestra relación con Dios y con los demás.
El Contexto de Mateo 5:33-37: Juramentos en el Antiguo Testamento
Para entender correctamente lo que Jesús enseña en este pasaje, primero debemos examinar el contexto de los juramentos en la Ley Mosaica. En el Antiguo Testamento, se permitía hacer juramentos como una forma de asegurar la veracidad de una declaración. Sin embargo, los juramentos no debían tomarse a la ligera, ya que la Palabra de Dios era considerada santa y poderosa. En el libro de Levítico 19:12, por ejemplo, se prohíbe el uso falso del nombre de Dios: «No juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios.»
Los Juramentos en la Tradición Judía
En la época de Jesús, los fariseos y otros líderes religiosos habían establecido tradiciones que permitían juramentos bajo ciertas condiciones. Sin embargo, muchos de estos juramentos se hicieron de manera superficial, sin que se reconociera la gravedad de lo que implicaban. Los fariseos distinguían entre juramentos hechos directamente en nombre de Dios y aquellos hechos en nombre de otros objetos o personas. Esto llevó a una práctica manipuladora en la que se evitaba la seriedad de los juramentos si no se mencionaba directamente a Dios.
Jesús Rompe con las Tradiciones Humanas
Cuando Jesús aborda este tema en Mateo 5:33-37, su objetivo no es solo refutar una tradición externa, sino transformar el corazón y la intención detrás de las palabras. Jesús no está prohibiendo hacer juramentos en sí, pero está desafiando la hipocresía y el uso superficial de los mismos para manipular a otros.
Mateo 5:33-37: La Enseñanza de Jesús sobre los Juramentos
En este pasaje, Jesús dice lo siguiente:
«También habéis oído que fue dicho: ‘No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos.’ Pero yo os digo: No juréis en absoluto: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey; ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Sea, pues, vuestro hablar: ‘Sí, sí’; ‘No, no’; porque lo que es más de esto, de mal procede.» (Mateo 5:33-37)
En estas palabras, Jesús establece una regla sencilla pero profunda: que los seguidores de Cristo no deben depender de juramentos ni de promesas complicadas para confirmar la veracidad de sus palabras. En cambio, deben ser personas de tal integridad que sus palabras sean confiables por sí solas.
«Sí, sí»; «No, no»: La Integridad en la Comunicación
El mensaje central de este pasaje es la llamada a una vida honesta y sincera. Jesús nos invita a que nuestra palabra sea suficiente por sí sola. Un cristiano verdadero debe ser tan confiable que no se necesiten juramentos para asegurar que lo que dice es cierto. Al decir sí, debe ser un compromiso claro, y al decir no, debe ser igualmente firme. Esta enseñanza enfatiza la importancia de tener una vida coherente y transparente.
La Seriedad de Juramentar
El hecho de que Jesús mencione que no debemos jurar ni por el cielo, ni por la tierra, ni por nuestra propia cabeza, resalta que todo lo creado pertenece a Dios. Nada en la creación es neutral o sin valor ante Él. Al intentar usar cualquier cosa de la creación para respaldar nuestros juramentos, corremos el riesgo de trivializar lo que es sagrado. Jesús nos está llamando a reconocer que, en última instancia, todo está bajo el dominio de Dios y nuestras palabras deben reflejar ese reconocimiento.
El Propósito de los Juramentos: ¿Por Qué Jesús los Rechaza?
Jesús no está simplemente dando una regla sobre cómo hablar; está desafiando a sus seguidores a vivir con verdadera integridad. Los juramentos, en la tradición de su época, eran una forma de verificar la verdad. Pero, para Jesús, la verdad no debería depender de la necesidad de juramentos. Un verdadero cristiano vive en una constante verdad, sin la necesidad de hacer promesas externas para respaldar sus declaraciones.
La Relación con la Honestidad
La enseñanza de Jesús sobre los juramentos está intrínsecamente relacionada con la honestidad. En las escrituras, la honestidad es una característica fundamental de un creyente genuino. En Proverbios 12:22, se nos dice: “Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento.” Jesús, al rechazar el uso de juramentos, quiere que sus seguidores se comporten de tal manera que no sea necesario añadir nada más a sus palabras para hacerlas creíbles. La honestidad debe ser nuestra norma diaria.
La Perspectiva del Nuevo Pacto
El Nuevo Pacto, el cual se establece a través de la muerte y resurrección de Jesús, requiere un corazón transformado. Este pacto no se basa solo en la obediencia externa a reglas, sino en un cambio interno de nuestra naturaleza. Por lo tanto, los cristianos son llamados a ser personas de palabra, cuyas promesas y compromisos reflejan el carácter de Cristo. En lugar de depender de juramentos, los creyentes deben vivir de tal manera que sus palabras sean su promesa.
La Enseñanza de Jesús en el Contexto Actual: Aplicaciones Prácticas
La enseñanza de Mateo 5:33-37 no es solo relevante para la época de Jesús, sino que tiene profundas implicaciones para los cristianos de hoy. Vivimos en una sociedad donde las promesas y los acuerdos, muchas veces, requieren formalidades como contratos, firmas y juramentos. Sin embargo, el principio que Jesús enseña sigue siendo válido: nuestra integridad personal debe ser tan fuerte que nuestras palabras sean lo suficientemente confiables por sí solas.
En la Vida Cotidiana
En nuestra vida diaria, debemos ser conocidos por ser honestos y confiables. Si decimos que vamos a hacer algo, debemos cumplirlo sin la necesidad de jurar o agregar condiciones. La transparencia en nuestras relaciones, ya sea en el trabajo, la familia o la iglesia, debe ser un reflejo de nuestro compromiso con Cristo.
El Testimonio Cristiano
El testimonio de un cristiano debe ser el de una persona cuya palabra tiene valor. Las personas a nuestro alrededor deben poder confiar en lo que decimos, no porque hemos hecho una promesa formal, sino porque nuestro carácter y nuestra relación con Dios nos avalan. Como seguidores de Cristo, debemos ser luz en el mundo, y esa luz se refleja en nuestra capacidad de ser verdaderos en todo momento.
La Llamada a Vivir con Integridad
La enseñanza de Jesús sobre los juramentos en Mateo 5:33-37 es un recordatorio de que nuestra integridad debe ser tan sólida que no necesitamos respaldar nuestras palabras con promesas o juramentos. Al vivir una vida de honestidad y transparencia, reflejamos el carácter de Cristo y mostramos al mundo lo que significa ser un discípulo verdadero. Jesús nos llama a ser personas de palabra, cuyas acciones coinciden con lo que decimos, viviendo en la verdad que Él nos ha revelado.