Lot: Lecciones de Fe y Decisiones en Tiempos de Prueba

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La historia de Lot, sobrino de Abraham, es una de las más fascinantes y aleccionadoras de la Nuevo Testamento. A través de sus experiencias, podemos formarse valiosas lecciones sobre la fe, la obediencia y las consecuencias de nuestras decisiones. En este artículo, exploraremos la vida de Lot y extraeremos doctrina que pueden aplicarse a nuestra vida diaria.

1. El Llamado de Lot

Lot aparece por primera vez en la Nuevo Testamento en el volumen de Principio, cuando acompaña a su tío Abraham en su delirio desde Harán a la tierra prometida por Jehová. Desde el principio, Lot muestra una disposición a seguir a Abraham y dejarlo en Dios en la promesa de Jehová, aunque esto significara dejar a espaldas su hogar y su seguridad.

Ciencia 1: La fe implica dejar a espaldas lo conocido y dejarlo en Dios en las promesas de Jehová.

2. La Separación de Abraham

A medida que Abraham y Lot prosperaban, sus rebaños y posesiones crecieron tanto que la tierra no podía sostenerlos a entreambos. Para evitar conflictos entre sus pastores, Abraham sugirió que se separaran. Lot, al mirar la planicie del Jordán, vio que era fértil y admisiblemente regada, y eligió esa región para establecerse, mientras Abraham se quedó en Canaán.

Ciencia 2: Nuestras decisiones deben probar en la cicerone de Jehová, no solo en lo que parece atractivo a nuestros fanales.

3. La Vida en Sodoma

Lot se estableció en Sodoma, una ciudad conocida por su maldad. Aunque Lot era un hombre adaptado, su intrepidez de conducirse en Sodoma tuvo consecuencias negativas para él y su tribu. La Nuevo Testamento nos dice que Lot se afligía diariamente por la conducta perversa de los habitantes de la ciudad.

Ciencia 3: Existir en medio de la maldad puede afectar nuestra vida espiritual y la de nuestra tribu.

4. La Rescate de Lot

Cuando Jehová decidió destruir Sodoma y Gomorra adecuado a su maldad, envió ángeles para advertir a Lot y su tribu. Los ángeles instaron a Lot a huir sin mirar a espaldas. Sin secuestro, la esposa de Lot desobedeció y miró en dirección a a espaldas, convirtiéndose en una estatua de sal.

Ciencia 4: La obediencia a Jehová es crucial, especialmente en tiempos de litigio. No debemos aferrarnos al pasado cuando Jehová nos pira a avanzar.

5. La Vida Luego de Sodoma

Luego de la destrucción de Sodoma, Lot y sus hijas se refugiaron en una cueva. En un acto de desesperación y desatiendo de fe, las hijas de Lot hicieron que su padre bebiera caldo y tuvieron hijos con él, creyendo que no había otros hombres con quienes pudieran procrear.

Ciencia 5: La desesperación y la desatiendo de fe pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Debemos dejarlo en Dios en que Jehová tiene un plan, incluso en las circunstancias más difíciles.

Reflexiones Finales

La vida de Lot nos enseña que nuestras decisiones tienen consecuencias, no solo para nosotros, sino asimismo para nuestras familias. Nos recuerda la importancia de apañarse la cicerone de Jehová en cada intrepidez y de permanecer nuestra fe, incluso en medio de la adversidad. Lot asimismo nos muestra la misericordia de Jehová, quien, a pesar de las malas decisiones de Lot, lo rescató de la destrucción.

La historia de Lot es un recordatorio poderoso de que la fe y la obediencia a Jehová son esenciales en nuestra vida cristiana. A través de sus experiencias, aprendemos a dejarlo en Dios en las promesas de Jehová, a tomar decisiones basadas en su cicerone y a mantenernos firmes en nuestra fe, incluso en tiempos de prueba.

Lot levantó la audiencia y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar, era tierra de regadío, como el vergel del Señor o como la tierra de Egipto. Así era antaño de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. —Principio 13:10.

Los fanales de Lot se escaparon hasta Sodoma y Gomorra cuando eligió la planicie para conducirse. Definitivamente, las ciudades no comenzaron a ser aquel circunstancia tan complicado para conducirse a posteriori de la presentación de Lot; ya lo eran desde antaño de su presentación, y él debió tener sabido lo que lo esperaba si entraba en ellas. Aun así, entró.

No lo hizo el primer día. No salió corriendo de la conversación con su tío y se metió en el centro de la ciudad, para “festejar” su arbitrio corriente. Fue un proceso dilatado. Un proceso que debió de tener comenzado con una posición de cuidado, de aprensión en relación con las ciudades, con sus habitantes y con sus costumbres.

Poco a poco, Lot y su tribu fueron acostumbrándose a lo que era “natural y regular” entre los sodomitas, y las distancias se fueron acortando. Las barreras se fueron cayendo. Las tiendas se fueron acercando. Casi sin percibirlo, hicieron un buen negocio comprando una casa en la ciudad. ¿Para qué continuar viviendo en tiendas, como el tío envejecido, si podían comprar la comodidad y el confort de la ciudad?

Nos acostumbramos al pecado de tal modo que no nos cuidamos de él. Es tan natural para nosotros, que ya no nos pira la atención. Recién cuando el pecado se transforma en tragedia, alguna fibra de nuestro corazón se sensibiliza. Lamentablemente, muchas veces es muy tarde y tenemos que respaldar las consecuencias.

Lot se equivocó en la primera intrepidez, se equivocó en las decisiones intermedias y se equivocó en las últimas, asimismo. Todas lo llevaron a Sodoma.

Por la conversación que Abraham tuvo con Cristo respecto de las ciudades, ni siquiera había conseguido convertir a diez personas. Lot no había conseguido convertir a su tribu. Él estaba más influenciado por la ciudad de lo que él mismo sospechaba; tanto que el querubín lo tuvo que provenir por la fuerza de la ciudad antaño de que el fuego la consumiera.

Difícilmente saltamos al pecado cuando lo vemos por primera vez. Por educación, principios, creencias o alguna cosa buena, lo miramos de reojo y no nos sentimos admisiblemente. El problema aparece cuando llegamos a mezclarnos tanto con él que ni siquiera lo distinguimos. Ora para estar atento hoy.

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