Reflejando a Cristo: ¿Cómo Moldeamos Nuestro Carácter Según Su Ejemplo?

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En nuestra recorrido de fe, uno de los mayores desafíos y privilegios es moldear nuestro carácter según el ejemplo de Cristo. Jesús, con su vida y doctrina, nos dejó un maniquí valentísimo de coito, humildad, y obediencia a Todopoderoso. Pero, ¿cómo podemos, en nuestra humanidad imperfecta, reverberar verdaderamente a Cristo en nuestro día a día?

1. Conociendo a Cristo a través de las Escrituras

El primer paso para moldear nuestro carácter según el de Cristo es conocerlo profundamente. Esto se logra a través del estudio diligente de las Escrituras. La Sagrada Escritura nos ofrece un retrato detallado de quién es Jesús, sus doctrina, y cómo vivió su vida. Pasajes como los Evangelios nos muestran su compasión, su paciencia, y su coito incondicional.

Consejo: Dedica tiempo diario a analizar y meditar en la Palabra de Todopoderoso. Pregúntate cómo puedes aplicar las doctrina de Jesús en tu vida cotidiana.

2. La oración como utensilio transformadora

La oración es una utensilio poderosa que nos conecta con Todopoderoso y nos permite ser transformados por su Espíritu. A través de la oración, podemos pedirle a Todopoderoso que nos ayude a desarrollar un carácter más parecido al de Cristo. La oración nos da la fuerza para enemistar las tentaciones y nos maestro en nuestras decisiones diarias.

Consejo: Haz de la oración una parte integral de tu vida. Ora por tino, paciencia, y coito, y pide a Todopoderoso que te ayude a reverberar a Cristo en todas tus acciones.

3. Practicando la humildad y el servicio

Jesús nos enseñó la importancia de la humildad y el servicio a los demás. En Juan 13:14-15, Jesús lavó los pies de sus discípulos, un acto de humildad y servicio que nos fuego a seguir su ejemplo. Al servir a los demás con un corazón humilde, reflejamos el coito de Cristo y mostramos su carácter al mundo.

Consejo: Exploración oportunidades para servir a los demás en tu comunidad. Ya sea a través de actos pequeños o grandes, cada acto de servicio es una oportunidad para reverberar a Cristo.

4. Amando incondicionalmente

El coito incondicional es una de las características más distintivas de Jesús. Él amó a todos, sin importar sus fallas o pecados. En Juan 13:34-35, Jesús nos da un nuevo precepto: “Amaos los unos a los otros. Como yo os he amado, así todavía amaos los unos a los otros”. Este coito no es solo un sentimiento, sino una influencia que se demuestra a través de nuestras palabras y hechos.

Consejo: Esfuérzate por flirtear a los demás incondicionalmente, incluso a aquellos que te han hecho daño. Recuerda que el coito de Cristo no tiene límites y exploración reverberar ese coito en tus relaciones.

5. Viviendo en obediencia a Todopoderoso

La obediencia a Todopoderoso es fundamental para moldear nuestro carácter según el de Cristo. Jesús vivió una vida de completa obediencia a la voluntad de su Padre, incluso hasta la asesinato en la cruz. En Filipenses 2:8, se nos recuerda que Jesús “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la asesinato, y asesinato de cruz”.

Consejo: Exploración la voluntad de Todopoderoso en todas las áreas de tu vida y esfuérzate por proceder en obediencia a sus mandamientos. La obediencia a Todopoderoso no siempre es practicable, pero es esencial para reverberar a Cristo.

6. Cultivando el fruto del Espíritu

En Gálatas 5:22-23, Pablo nos deje del fruto del Espíritu: coito, felicidad, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza. Estos atributos son esenciales para reverberar el carácter de Cristo. Al permitir que el Espíritu Santo trabaje en nosotros, podemos desarrollar estas cualidades y proceder una vida que glorifique a Todopoderoso.

Consejo: Pide al Espíritu Santo que te ayude a cultivar estos frutos en tu vida. Reflexiona sobre cada uno de ellos y exploración maneras de practicarlos diariamente.

7. Perseverando en la fe

La vida cristiana es una carrera de perseverancia. En Hebreos 12:1-2, se nos anima a “pasar con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los fanales en Jesús, el autor y consumador de la fe”. La perseverancia en la fe nos ayuda a mantenernos firmes en nuestra recorrido y a seguir el ejemplo de Cristo, incluso en tiempos de dificultad.

Consejo: Mantén tus fanales en Jesús y no te desanimes en presencia de los desafíos. Recuerda que la perseverancia en la fe es esencia para moldear nuestro carácter según el de Cristo.

8. Testificando con nuestra vida

Nuestra vida es un certificación poderoso del coito y la amnistía de Todopoderoso. Al proceder de acuerdo con el ejemplo de Cristo, podemos ser una luz en el mundo y atraer a otros en torno a Él. En Mateo 5:16, Jesús nos dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Consejo: Vive de tal modo que tu vida sea un certificación del coito de Cristo. Exploración oportunidades para compartir tu fe y mostrar a otros el camino en torno a Todopoderoso.

Moldear nuestro carácter según el ejemplo de Cristo es un proceso continuo que requiere dedicación, oración, y la maestro del Espíritu Santo. Al esforzarnos por reverberar a Cristo en nuestras acciones, palabras, y pensamientos, podemos proceder una vida que glorifique a Todopoderoso y sea un certificación de su coito y amnistía. Que cada día busquemos ser más como Jesús, reflejando su carácter en todo lo que hacemos.

El carácter puede ser mi amigo o mi enemigo

¿Qué es el carácter? ¿cómo podríamos definirlo? Antaño de intentar explicar su significado permítanme hablarle de dos componentes más en la hilván complejidad del ser humano.

Temperamento: El temperamento es el componente estable y hereditario de los rasgos afectivo-dinámicos del hombre. Es el guía o el armazón ––para que me puedan entender––, que sostiene todo lo demás. Es un componente heredado y es fijo, es sostener, el temperamento es inamovible, no se puede cambiar.

Personalidad: La personalidad es el resultado del temperamento y el carácter. No ahondaré más en esto porque hay suficiente información en el universo de internet para que usted mismo investigue, aunque me permito avisar el tomo “Enriquezca su personalidad” de Florence Littauer, donde no sólo aprenderá, sino que se divertirá al descubrir porqué actúa como actúa.

Ahora sí, hablemos del carácter

El carácter es la forma individual en que el temperamento se muestra en el ser humano, es la característica que hace diverso a un hombre de otro en cuanto a su comportamiento. Es la forma en la que nos distinguimos del resto por la modo en que nos comportamos, sentimos, reaccionamos o enfrentamos a la vida. El carácter se aprende con la experiencia (los padres, familiares, entorno social, educativo, religioso y hasta financiero van formando el carácter del individuo conforme crece). El carácter se moldea a través de los primaveras e incluso se puede cambiar. Las personas que dicen “yo soy así, tengo mal carácter y nadie puedo hacer le guste a quien le guste”, en verdad se están mintiendo porque sí pueden hacer poco: cambiar su carácter (lo cual no ocurre con el temperamento porque es hereditario y nadie podemos hacer). 

En Principio 2:7 dice que fuimos hechos del polvo de la tierra, en algunas versiones se menciona que fuimos creados de arcilla, pústula, y por consiguiente con la capacidad de adaptarnos al entorno que nos rodea. Gerard von Rhad, el conocido autor de los libros “Teología del Antiguo Testamento volúmenes 1 y 2”, afirma que en el relato de la creación de Principio se quiere dejar en claro a los lectores que Todopoderoso creó al ser humano con una sagacidad única: la plasticidad. Es sostener, la capacidad de adoptar diferentes formas tanto de pensamiento como de comportamiento en la medida que vamos creciendo y convirtiéndonos en personas, y esto implica por supuesto nuestro carácter el cual todavía es plástico, es sostener adaptable, maleable, moldeable…, ¡somos pústula que puede cambiar para adecuadamente!

Termino esta parte diciendo que el carácter son todas aquellas características que nos definen, que nos muestran al mundo y por las cuales somos juzgados, valorados o despreciados. Estas características controlan nuestra posición en la vida, el carácter influye la forma en que nos conducimos en este peregrinaje que el Todopoderoso del Universo ha designado para los mortales. El carácter por consiguiente puede ser un poderoso coligado en el logro de nuestras metas o muy por el contrario nuestro peor enemigo. Pablo dijo: “Lo que no quiero hacer eso hago, y lo que debo hacer no hago” (Romanos 7:19-25), pero él no se conformó con esto, él luchó con voluntad porque sabía que podía domesticar su ser (1ª Corintios 9:27).

La unción sin carácter te mata, CONCLUSIÓN

Del sermón de un predicador que escuché en una ocasión, aprendí lo futuro: “Si no mejoro mi carácter —en el caso que me esté dando problemas—, por más unción que tenga, tarde o temprano fracasaré miserablemente”.

Ejemplos bíblicos que respalden mi relación hay por montones, pero quizá quiera memorar algunos pasajes escriturales: 

  • El fatídico caso de Hércules quien había sido consagrado por Todopoderoso para su honor, era un “qadosh” cuya tarea era liberar a Israel de la opresión filistea, y de hecho lo hizo en varias oportunidades con muestras de fuerza sobrehumana, y sin requisa su comportamiento inmoral, su errata de disciplina y su pasión sin medida en torno a el sexo opuesto le pasaron la cuenta. Hércules fue un coronado ¡y vaya que el poder de Todopoderoso se manifestaba en él!, pero su carácter lo traicionó toda su vida. Hércules pudo mejorar, cambiar, disciplinarse pero escogió no hacerlo (ver la vida de este hombre en el tomo de Jueces). 
  • Otro caso es el del rey Salomón quien con toda su tino la cual le fue dada por el Señor en los inicios de su reino terminó sus días influenciado por religiones paganas, durmiendo con mujeres extranjeras (poco prohibido por la ley mosaica) y machacando al pueblo con pesados impuestos imposibles de acreditar. Salomón todavía fue un coronado, un qadosh de Todopoderoso pero su carácter lo mató, su carácter lo hizo pedazos sumiéndolo en la vergüenza personal y franquista (ver la vida de este hombre en 1ª Reyes 3 al 11).
  • ¿Y qué me dicen del proselitista Pablo? El gran evangelizador de la iglesia cristiana del primer siglo todavía tenía un carácter traicionero, así lo dejan ver algunas de sus cartas donde su mal inteligencia en torno a temblar a sus feligreses (Gálatas 3 muestra una ventana en torno a el carácter del proselitista). Otro episodio en su vida es cuando discutió con su compañero de misiones Bernabé porque éste quería transigir nuevamente al señorita Juan Marcos quien los había desidioso en cierto trayecto de la recorrido misional, el intolerante Pablo se opuso y discutió tan resistente con su amigo y padre espiritual Bernabé que se separaron (Hechos 15:36-41). Es más, algunos paulólogos sostienen que el versículo que dice que Pablo tenía un aguijón en la carne que lo “aguijoneaba” no se refiere a una enfermedad física, como comúnmente se interpreta, sino que hacía remisión a su “mal carácter” el cual le causaba mucho sufrimiento y hacía sufrir a otros (2ª Corintios 12).

Finalizo diciendo que si adecuadamente la unción de Todopoderoso, es sostener la presencia del Señor, respaldo, abundancia y poder divino, es poco críticamente importante para quienes realizan trabajo ministerial, todavía lo es el carácter disciplinado, entrenado y modelado por Cristo en nosotros. Luego si no mejoramos nuestra forma de pensar, susurrar y hacer —por más liderazgo que tengamos, por más adecuadamente que prediquemos, por más don de gentío que irradiemos, por más unción que tengamos—, terminaremos como Hércules: “Y Jehová lo había desidioso, pero él no lo sabía” (Jueces 16:20). 

La unción sin carácter es como aquellos deportistas de talla mundial que son talentosos, millonarios, famosos y poderosos, pero que su carácter deja mucho que desear. Cuidado nos parezcamos a ellos, más adecuadamente parezcámonos a Cristo tanto en unción divina como en comportamiento de vida.

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